La ruta consiste en ascender el Pico Lucero (1.774 m.) por el Puerto de Cómpeta. Para sacarle al Lucero el trazado circular, el descenso se realiza en busca del Puerto del Daire. Nos encontramos en el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.
Para acceder a Puerto Blanquillo desde la carretera Cómpeta — Canillas de Albaida, hay que recorrer un carril pedregoso durante 10 km., en aceptable estado para turismos altos, aunque con paciencia.
Desde Puerto Blanquillo, se asciende por el sendero oficial que viene de la Fábrica de la Luz hacia el Puerto de Cómpeta. Hay que estar atentos en una bifurcación para no pasar de largo el desvío. Tras vadear el puerto, nos encontramos con una cantera abandonada de mármol. Pasamos por la antigua caseta del guarda de la cantera, que se ha convertido en un refugio libre improvisado, ideal para montañeros. Tras pasar junto a una balsa forestal contraincendio y la Fuente Barrera, accedemos al sendero oficial de ascenso al Lucero, también llamado Raspón de los Moriscos. Aunque esta última designación es más correcta dejarla para su afilada arista de la vertiente nororiental. De hecho, raspones se denominan en montañismo a este tipo de crestas rocosas.
A nuestra espalda tenemos el Cerro La Chapa, primer milochocientos de la vecina Sierra Tejeda. A su derecha queda el Embalse de los Bermejales.
Continuamos la ascensión en busca del Collado de Mota, divisorio del Cerro de Mota a la izquierda, con las Lomas de Mota a la derecha. Sierra Nevada se alza imponente en su máxima plenitud. Mención especial merece el Pico Trevenque en la media montaña nevadense, por su gran parecido con el Lucero. Ambos tienen semejante perfil con forma piramidal puntiaguada, los dos se encuentran aislados, tienen similar altitud, gozan de fantásticas panorámicas, sus marcados senderos recuerdan trazados parecidos, y tienen hermanos menores junto a ellos, el Lucerillo y el Trevenquillo respectivamente.
Nos encontramos a tan solo 14 km. en línea recta de la costa, donde divisamos Nerja. Continuamos hasta hollar el Collado de la Perdiz, también llamado Puerto Llano en los mapas, siendo éste el punto de inflexión para cambiar el rumbo al regreso.
El siguiente objetivo es el Coladero de los Mosquitos, collado que separa el Lucerillo, también llamado Cerro de los Mosquitos, de su hermano mayor el Lucero. La gran cantidad de nieve acumulada ralentiza la progresión, si bien le da un gran valor añadido al entorno.
Es inevitable volver la mirada a cada instante, apreciando como se yergue la majestuosa mole caliza de La Maroma, el único dosmil malagueño.
El angosto paso del Coladero de los Mosquitos, se convierte en parada obligatoria para contemplar el Barranco del Higuerón, y los otros colosos de Almijara, como son las cumbres del Cisne, Cielo, Almendrón, Tajos del Sol y Navachica.
Alcanzamos la cúspide del Lucero, donde nos llama la atención las ruinas de un antiguo puesto de vigilancia de la Guardia Civil, en su lucha con los maquis. Las panorámicas de 360º son magníficas. No hay palabras para describirlas.
Tras las fotos de rigor, el descenso desandando el mismo sendero que traíamos, hasta poco antes de Puerto Llano, donde cambiaremos el rumbo.
En este puerto buscamos el mejor trazado en la cabecera del Barranco del Zarzalillo, hasta enlazar con el sendero que nos llevará al Puerto del Daire por la vertiente sur. En un principio la senda parece difusa, pero varios hitos y una huella cada vez más marcada, serán signos del acertado camino. Será frecuente encontrarse esparcidos por el suelo, pedazos de cerámicas rojizas semejantes a tejas, siendo restos de vasijas recolectoras de resina.
Desde el Collado del Tajo del Sombrero podemos observar el sinuoso sendero que recorre la llamativa Cresta de los Civiles hasta su collado homónimo. Al fondo divisamos el pueblo de Nerja. Vadeamos el Puerto del Daire y enlazamos con el GR-249 Gran Senda de Málaga, en su etapa Frigiliana — Cómpeta. Tras un cambio de rumbo hacia el norte, ya solo nos queda vadear el Collado de los Hornillos y conectar de nuevo con Puerto Blanquillo.
En cuanto a la vegetación, la arboleda predominante la conforman los pinos resineros. En las laderas el matorral bajo, aromático y arbustivo, destacando enebros, sabinas, tomillos, romeros, retamas y aulagas. En la cumbre, el pastizal de alta montaña y el matorral almohadillado como lastones y piornos. En cuanto a la fauna, es posible contemplar el vuelo de buitres leonados, águilas, halcones y otras rapaces. También es frecuente el avistamiento de ardillas y cabras monteses.
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