Tenía ganas de que Antonio Luis «Sevi» Fernández, del club BichosRunners nos contase una de sus carreras. Un corredor muy querido por el pelotón y autor del blog de carreras paso de tiempos ,componente de la asiciación Zapas Solidarias
Esta es la Pinsapo Trail 2018 de SEVI.
Llevo muchos años andando la montaña, algunos menos corriéndola, y cuando termino una carrera lo que me gusta es, precisamente, haber sentido y haber vivido la montaña en su mayor expresión. No siempre pasa, no en todas las carreras, si en la Sierra de las Nieves, si, y sin duda alguna, en Pinsapo Trail.
Por distintos motivos, sobre todo de fechas, no había podido inscribirme y disfrutar de esta extraordinaria prueba en ediciones anteriores, pero este año sí que podía, y no estaba dispuesto a perder la oportunidad.
El día de la prueba, Yunquera amanece con ese frío tan peculiar de la sierra, que no sabes que ropa ponerte en carrera, que echar en la mochila más allá de lo obligatorio, pero mi proceso gripal y el estado en el que me encuentro me dicen que me abrigue bien y que, por si acaso, en la cota más elevada “refresca”, igual necesitaré membrana (como así fue).
En la zona de salida se respira ambiente puro de carrera de montaña, algunas corredoras y corredores nerviosos e impacientes por empezar, otros serenos y seguros ante el reto que se les presenta, y yo entrando al corralito de los últimos, como siempre, buscando a mis compañeros de Bichos Runners, con un bollo de pan en la mano, por esa manía absurda de comer justo antes de salir, y con la duda de que no sabía que tal iba a responder en carrera.
Que ambientazo y que nivelazo, lo mejorcito del panorama trailero provincial y andaluz, los clubes más significativos, infinidad de amigos y amigas con la adrenalina a tope, y Chito poniendo a todo el mundo macizo antes de dar la salida a la octava edición de Pinsapo Trail.
Es en esos momentos, justo antes de salir, en la cuenta atrás, cuando muchas veces encuentras significado a esta locura de correr por la montaña.
No ha sido para mí una carrera fácil, en los primeros kilómetros me di cuenta que mantener el ritmo corriendo era complicado, quise engancharme a mi compañero Juanfran “Bichopalo” como otras muchas veces, pero era imposible, ya en el primer paso por el Alto del Saucillo confirmé que sería muy difícil correr esta carrera debido a los problemas de respiración y la fragilidad física que tenía, así que decidí cambiar de estrategia, meter un ritmo fuerte de marcha e intentar hacer finisher de la forma más digna posible. En meta, tenía un motivo más que suficiente para luchar por ello y no podía fallar.
No voy a entrar en detalles técnicos sobre mi experiencia en carrera, pero si quiero resaltar la maravilla del espacio por el que discurre, todo el recorrido en sí mismo por el Parque Natural de la Sierra de las Nieves, su pinsapar, su paisaje, etcétera, es un auténtico disfrute para los que hemos tenido el privilegio de participar en esta prueba, y además con el aliciente de que este año la cota más alta de la carrera nos sorprendió con un manto de nieve increíble como regalo para los que amamos la montaña en su esencia, transitar por aquella vereda con el Peñón de los Enamorados nevado es una de las experiencias en carrera más espectaculares que he vivido y que recordaré siempre, era inevitable no pararse a fotografiarlo con el teléfono móvil, aunque aquello pusiera en peligro mi tiempo de paso por el Mirador de Luis Ceballos.
Al corte de 4 horas llegué faltando cinco minutos, no sin esfuerzo por lo larga que se me hacía la carrera, pero pude llegar en tiempo. Allí, hay un viento terrible que prácticamente desmontaba el avituallamiento.
Tengo que decidir si abandonar o continuar.
La tarde antes en la charla técnica, escuché atentamente decir a Rafa Romero (director de carrera), «quien no llega en 4 horas al primer corte, difícilmente pueda terminar la carrera en 6 horas y media». Y reconozco que confiando en su buen criterio tenía dudas, pero decidí intentarlo, en meta me esperaba el mejor trofeo posible, en tiempo o no, y aun faltando a mi filosofía “paso de tiempos”, salí a buscar el cortafuegos de “Juanisco Huelva” lo más rápido que mis pulmones podían, ya que no era un problema de piernas, y plantarme en el Puerto del Saucillo de vuelta, con posibilidades de llegar en tiempo a Yunquera. 40 minutos de cortafuegos y con poco más de una hora para hacer 7 kilómetros me deberían dar para terminar la carrera, pero el último tramo, aún en bajada, me costaba mucho poder mantener un buen ritmo, la tos, y la respiración entre cortada eran un lastre que me condenaba en el último tramo de carrera.
Sabía que en meta habría poca gente o casi nadie, casi todos ya andarían disfrutando del arroz, muchos ya de vuelta a sus casas, pero estaba seguro que algún “Bicho” esperaría al último de su manada, siempre lo hacen, siempre lo hacemos, por eso somos diferentes al resto, pero por encima de todo, en meta estaría Iago, mi hijo, con apenas 3 meses de vida, en la primera carrera de montaña que iba a verme junto a su madre, y a él, a ellos, no podía fallarles, más allá de entrar en tiempo de corte o no, no podía defraudarles porque desde el primer metro de Pinsapo Trail han estado apoyándome, han estado mandándome toda su fuerza, su amor y su empuje para que en esta carrera pudiera disfrutarla como lo he hecho, pudiese terminarla y contarla como la cuento en esta crónica.
22 segundos antes de las 6 horas y media de carrera, crucé la línea de meta de la octava edición de Pinsapo Trail, y Laura, mi pareja, se acercó a mí con nuestro pequeño en brazos, lo cogí en alto, lo miré emocionado.
Iago me soltó una sonrisa. Todo había merecido la pena…
Enhorabuena a la organización y dirección de la carrera, a los voluntarios y miembros de protección civil especialmente, al pueblo de Yunquera, y a la gente del mundo del trail que hacen posible que vivamos y disfrutemos de experiencias y carreras como esta.
Sevi Fernández.
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